Desde nuestro comienzo en la andadura de hacer de los niños y niñas de Fuente Vaqueros unos buenos oyentes y amantes del arte del sonido, nos impusimos como objetivo principal el DISFRUTE por encima de todo, firmes en nuestra creencia de que todo lo que se VIVE con alegría y profundidad difícilmente se olvida.
La Música debe dejar de ser algo ajeno en las vidas de nuestros alumnos/as. Para ello es necesario que la interioricen, que la hagan suya cantándola, tocándola, poniéndole nombre,... Que deje de ser algo alejado y extraño, con nombres de autores impronunciables, con títulos inentendibles o textos imposibles.
Si ese trabajo ha de hacerse con la ÓPERA, un género tan tradicionalmente alejado de nuestros alumnos/as de Secundaria y del público en general, el esfuerzo por llegar a ellos será aún mayor. Cuatrocientos años de ópera nos han legado un mundo maravilloso, miles de ejemplos que pueden e indudablemente deben ser utilizados en nuestra labor educativa. Melodías impresionantes, oberturas expresivas hasta el límite, historias de amor de todos los colores y posibilidades, luchas, muertes, finales dramáticos o felices,... todo, todo está en la ópera. Si sabemos llenar de contenido cada uno de esos fragmentos que trabajemos, nuestros alumnos/as se aproximarán a ellos con la mayor naturalidad, con interés y atención, sin ninguna duda.
¿Por qué hay que tener miedo a enfrentar a nuestro alumnado a un texto en alemán, en italiano, en inglés,... o a la audición de una voz educada? ¿No será que tal vez seamos nosotros mismos, los propios docentes, los que tengamos ese miedo y debamos perderlo? Es preciso que nosotros mismos creamos en el poder educativo de la Música, sólo así podremos conseguir que sus beneficios para la psicología, para la persona, lleguen a todos. ¿No es posible acaso que nuestros alumnos/as se sientan por un día PAVAROTTIS que cantan con pasión su "Nessun dorma"?
¡Que nadie duerma! ¡Al alba venceremos!
Y ahora los Pavarottis de 1ºA
