Cartel conmemorativo del X Aniversario del Coro Fernando de los Ríos de nuestro Centro

martes, 17 de junio de 2008

30/ L´Orfeo en escena. Un agradecimiento

Llegó la hora de la representación. Ha sido el día 16 de junio en el hall de nuestro centro. Nos acompañaron, además del alumnado de nuestro instituto, antiguos alumn@s, familiares de quienes actuábais, padres y madres de antiguos alumn@s, representantes de la AMPA, profesorado y personal del centro. ¡Qué bien!

Un esfuerzo tan grande en los últimos días del curso es de agradecer. Por eso, no puedo dejar pasar la oportunidad de deciros que cada uno de los proyectos que el profesorado de este querido centro emprende, sólo son posibles cuando al otro lado del aula tenemos alumn@s como vosotr@s. No es fácil hacerse con una música tan especial como la de Monteverdi. Sus arias no son las del Turandot que cantamos y vivimos al principio del curso, cuando Pavarotti murió. Ésta es la primera ópera de la historia, y la música, aunque muy bella, es lenta, con recitativos secos muy duros para vuestros oídos, con arias más difíciles de entender y seguir que las de "La Flauta Mágica" de Mozart que tiempo atrás representamos. Lo sé. Por eso hoy estoy feliz.

...porque habéis creido conmigo, con Cinta y con Mª Paz en el proyecto.
...porque habéis sacrificado más de una tarde para construir vestuarios, escenarios, personajes, o simplemente ensayar una y otra vez cada escena.
...porque os habéis sentido Hades, Neptuno, Marte, Afrodita, Apolo,... con empeño e ilusión.
...porque habéis hecho sin duda que Claudio Monteverdi sonría desde donde esté al ver que su obra sigue viva cuatrocientos años después.

Brindo por muchos proyectos como éste.

Gracias.

martes, 10 de junio de 2008

29/ Volvemos de París

Pasaron los días, querid@s alum@s. Pasaron los días y en la mochila particular de vivencias y experiencias que cada uno de nosotr@s portamos ya están las imágenes grabadas en nuestras retinas a lo largo de estos siete días de junio. Viaje para muchos sin duda inolvidable. Una pequeña senda que iniciamos el día 2 y terminamos ayer, día 8, entre el cansancio y el asombro.

París es una ciudad maravillosa, bellísima, con una dosis de magia que sólo algunas ciudades más en el mundo poseen de igual modo.

Recorrer el Sena...

Pasear las calles de esta singular ciudad...
...heredera de siglos

Palpar sus edificios desde el alma que encierran...

París es arte. Toda la ciudad respira una atmósfera artística difícil de igualar. Edificios de valor incalculable inundan cada calle, cada rincón. Innumerables museos (imposibles para los ojos de siete días) albergan miles de obras pictóricas o escultóricas de todas las épocas y estilos. Músicos que forman parte de algunas de las formaciones instrumentales más importantes del mundo pasean sus violines por las calles de París.

París y la música han estado íntimamente ligadas desde el pasado. Nosotros también lo hemos podido descubrir en nuestro viaje.

Entre los pasillos de Versalles sentimos las músicas de Lully, Rameau o Couperin, presentimos la voz de los castrati entre sus muros, recordamos a un Mozart niño tratando de abrirse camino...

En la Place de l´Opéra, ante el magnífico edificio de la Ópera Garnier, nos sentimos Eurídices, Orfeos...

Ante la Ópera de la Bastilla nos sentimos Turandot, Rigoletto, Isolda...

Músicos callejeros constantes, siempre presentes con sus guitarras, acordeones (musette) nos recordaron a cada instante el nombre de algunos de los grandes mitos de la chanson française: Jacques Brel, Georges Brassens...

Inma, vuestra profesora de Música, la misma que os escribe estas palabras, que os acompañó, junto a Encarna Velasco, en este viaje, trató de ayudaros a vivir todo con la mayor profundidad y así os recordó el París de los años veinte en el que confluyeron artistas tan magníficos como nuestro Manuel de Falla o sus amigos Ravel, Debussy... Stravinsky, Diagilev,... son nombres que desde la Música se unieron a la gran vanguardia artística del París de estos años protagonizada por pintores como Manet, Monet,... que engrosan el Museo d´Orsay que no pudimos ver.

París bien vale el cansancio. Una ciudad maravillosa para unos alumn@s maravillos@s.