Comenzamos la andadura con Wolfgang Amadeus Mozart, el gran compositor vienés. Nadie pone en d


Mozart fue además un hombre de hondos principios y profunda espiritualidad. Pertenecía a una de las logias masónicas vienesas, y siguiendo los principios de ésta, soñó con una fraternidad universal donde no hubiera colores, ni luchas entre hermanos, donde toda la humanidad viviese en paz y en armonía con el mundo.
La frase que nos ocupa este mes tiene que ver con esto y es toda una enseñanza de vida. "Puesto que yo soy imperfecto y necesito la bondad y la tolerancia de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerle remedio". Ninguno de nosotros somos seres perfectos. Todos tenemos grietas en nuestro carácter que hacen que muchas veces necesitemos que los demás nos perdonen y nos comprendan. Mozart se sintió un ser imperfecto, él que fue todo un gran genio. Sintió que necesitaba de la comprensión de quienes le rodeaban porque sus muchas rarezas le trajeron más de un quebradero de cabeza. Pues bien, lo que Mozart nos viene a decir con este pensamiento es que así como necesitamos de la comprensión del otro también nosotros debemos ser condescendientes con las imperfecciones de quienes nos rodean y comprenderlas. Si todos sabemos ver más allá de nuestras cortas miradas, si sabemos ponernos en el lugar del otro, el mundo sin duda marchará mejor.