16/ Nuestro Coro homenajea a Manuel Zafra

Fue el pasado 22 de febrero cuando, vísperas del Día del Libro, inauguramos la nueva biblioteca del centro que desde ese momento lleva el nombre de Don Manuel Zafra Jiménez, nuestro anterior y querido director. No podía ser de otro modo. La estela que Manolo ha dejado, no sólo en el centro y su proyecto educativo, sino en todos y cada uno de los que trabajamos con él, será difícil de borrar. Nos inculcó su fe en la educación. Nos hizo creer en la fuerza que ella tiene para ir moldeando la pequeña sociedad en que nos ha tocado vivir y trabajar. Nos hizo sentir fuertes para abordar las pequeñas y grandes problemáticas que van surgiendo en el día a día de Fuente Vaqueros. Nos hizo creer en nosotros mismos y eso no es fácil de conseguir. Por eso el día 22 estuvo tan cargado de emociones e ilusiones. 

Un sencillo acto en la biblioteca homenajeó a nuestro Manolo desde su labor educativa, desde su papel de director, pero también de amigo cercano y siempre dispuesto a echar una mano (o las que hicieran falta) por que nuestros alumn@s comprendiesen cúan importante era aprender y sacarse el graduado. Las voces de algunos poetas resonaron entre los libros para recordarnos la valía de este ser tan grande como sencillo y humilde. "Te recuerdo, Amanda" de Víctor Jara fue el preludio, desde las voces emocionadas de los chicos del coro de nuestro centro, aquel que él mismo con mimo y acierto ayudó a crear. Parecían decir "te recuerdo, Manolo, la calle mojada..." Los nuevos coralistas, la nueva remesa recién estrenada de primero, miraba asombrada a ese ser que con gran interés seguía la estela de las voces que iban sonando a un lado y otro de la sala, por no perder detalle de cuanto, sabía, se había preparado con profundo amor y reconocimiento a su labor. ¡Qué suerte participar en todo esto y formar parte de la memoria de este hombre!

Pero el acto de homenaje escondía aún la guinda que colmaría el pastel. Abajo, en el hall, con un silencio sepulcral, casi imposible de creer, los alumn@s esperaban a D. Manuel. Ese silencio formaba parte de la sorpresa. Manolo no podía saber nada de aquel piano ni del concierto que le habíamos preparado con tanta ilusión. Todo sería una gran sorpresa desde el momento en que bajase las escaleras.

Nuestro piano salió del aula por primera vez. Un hermoso día para ser inaugurado. Los pasillos de nuestro centro iban a ser invadidos por un Mozart diibujado por Puri Cano y el Coro Fernando de los Ríos.

Sonaron los seis nocturnos italianos que Wolfgang compuso sobre poemas de Metastasio. Y todos fuimos un poco más felices.