La mañana del 1 de enero se vistió de gala para recibir a Daniel Baremboim y su batuta. Era en la Gran Sala del Musikverein de Viena. Esta vez le esperaban las manos expertas de los músicos de una de las grandes orquestas del mundo: la Orquesta Filarmónica de Viena. Claro, Daniel Baremboim era el director invitado a uno de los acontecimientos musicales del año: el Concierto de Año Nuevo, una tradición que se remonta a más de cien años y que cada primero de año tiene lugar en la Gran Sala del Musikverein de la capital austríaca. Un magnífico y alegre concierto, con la presencia, como siempre, de la música de los Strauss, y los ya clásicos Danubio azul y Marcha Radetzky, que cerraría como ya es tradicional el concierto. Pero este año nos sorprendió un Haydn que se metía de improviso entre la música vienesa con su Sinfonía de los adioses. A medida que las notas se sucedían los músicos hacían su particular adiós marchándose de la sala entre las sonrisas del público y un marcado descontento de Daniel Baremboim, un buen actor, por cierto, que hizo las delicias de todos. Esta incursión de Haydn se debe a la celebración de los doscientos de su muerte.
Tal vez recordaréis que al inicio del curso hablamos de esta orquesta y del Musikverein. Fue allí donde nuestra OCG, Orquesta Ciudad de Granada, se presentó ante el público vienés el pasado septiembre. Os dejo el enlace a la noticia de entonces para que lo recordéis, otro enlace con la noticia de El País y además tres videos: uno en el que Baremboim dirige las palmas del público en la Marcha Radetzky en medio de algunas bromas y el otro el de la Sinfonía de los Adioses de Haydn. Disfrutadlos.
El Danubio Azul
La Marcha Radetzky
La Sinfonía de los Adioses
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